domingo, 6 de noviembre de 2011


Tú, que te entregaste en cada paso de la vida, y que has devuelto por el mal una caricia, y siempre sufres por los que no tienen pan. Tú, eres un hada que ha cobrado vida, que me enseñó a hablarle a Dios todos los días, y a darlo todo por amor a los demás. Y cuando llegue ese día que ansias, y disfrutes de tu paz tan merecida, donde vayas me protegerás.