(...) Mis héroes son los que puedo admirar a diario. Quisiera saber si es frecuente encontrar al que lucha fomentando la bondad. Y responde, siempre, con una sonrisa si se presenta una adversidad. Tengo el placer de compartir mis andanzas con un guerrero, que con su corazón, da batalla. Y en un gesto de alabanza le muestro lo que siento en forma de canción.
Hay que saber ser flor mientras vuelan guadañazos. (...) Saber ser un ángel en un infierno permanente.
Ojalá que la vida me siga presentando gente con un grado mínimo de tu sensibilidad. Para así poder creer que, aún hoy, puede haber honestidad.
Quienes entienden de lo que estoy hablando saben que este ser, de ojos esmeralda, tiene la capacidad de despertar un desfile de emociones en la espalda.
(...)
(Hay que saber ser, Salta la Banca)