sábado, 15 de diciembre de 2012

En seguida me duermo con la extraña sensación de querer ser distinta de como soy, o también de no ser como yo quiero, o de proceder quizá de manera distinta a como yo querría o a como yo soy. ¡Ay! No lo veo tan claro, y tu tampoco, desde luego; discúlpame por esta confusión, pero no me gusta tachar, y, actualmente, la falta de papel nos prohíbe romperlo. Sólo me resta aconsejarte que no releas la frase precedente y, sobre todo, que no trates de profundizarla, porque nunca sacarás nada en limpio. 
- El diario de Ana Frank