miércoles, 12 de septiembre de 2012

"Una taza solo sirve cuando está vacía
Nunca te conté la enorme sensación de confusión que sentí la primera vez que leí esto. No conseguía entender qué significaba. 
Entonces, la salida fue -como otras veces- sentirme taza. 
Imaginarme a mí mismo siendo una taza. Una taza llena. Siempre llena, que no se vaciara nunca...
Llena de leche, pensé...La leche es algo útil, nutritivo, importante, vital. ¿De qué otra cosa podía imaginarme lleno yo, en mi joven omnipotencia? 
Me imaginé llevando, "magnánimo", mi contenido adonde fuera más útil. Pero, ¡qué triste sorpresa! No podía darlo sin vaciarme y, si lo hacia, dejaba de ser una taza llena...
Y hubo todavía otro darme cuenta que me hizo sentir peor:
Yo, sin poder vaciarme, solo podía vivir para aquella leche, caliente o fría, recién ordeñada o podrida...
¡No! No era aquello lo que quería para mi.
No es eso lo que quiero ahora para mí.
Quiero vaciarme...

Para poder llenarme...
Para no estar nunca lleno...
Para ser la esencia de mí mismo...
Para vivir...
Ojalá puedas seguir mi delirio cando leas esta carta...Aunque, después de todo, quizás no sea importante. Quizás, más que decirte: me digo; y vos seas solo una excusa, la más hermosa excusa para dejarme ser en este momento, aquí y con vos."

Jorge Bucay- "Cartas para Claudia"