domingo, 1 de enero de 2012

Yo escuché aquí lo que fué un acorde secreto que tocó David, y este le gustó al Señor. Pero tu realmente no te preocupas por la música, ¿no es así? Este te va gustando...el cuarto, el quinto. La menor caída, el mayor levantamiento. El desconcertado rey creando el aleluya. Tu fe era fuerte pero necesitabas pruebas, la viste bañarse por el tejado. Su belleza y la luz de la luna se transformaron. Ella se ató a ti, a la silla de la cocina. Ella rompió tu trono, cortó tu cabello y por tus labios ella dibujo el aleluya. Quizás yo estuve presente antes. Yo conozco este cuarto, yo tengo caminado este piso. Usé la vida sólo despues de conocerte. Vi tu bandera sobre el arco de mármol. El amor no es una marcha de victoria: es un frío y un roto aleluya. Aquí el tiempo; tu tienes que hacermelo saber, es real y casi inferior. Pero tu nunca me lo mostraste...¿recuerdas cuando yo moví tu interior? La bendita noche fue moviendose también y todos nuestros alientos dibujaron aleluya. Quizás hay un Dios arriba y yo siempre aprendí todo sobre el amor: fue como disparar a alguien a quien tu no imaginabas. No es un llanto que puedas escuchar por la noche. No es alguien quien percibió la luz: es un frío y un roto aleluya.
Aleluya, aleluya. Aleluya, aleluya.


una canción que le canta a la FE.