viernes, 21 de octubre de 2011

Asesinándose.

Personas tratando mal a otras personas. Olvidándose del afecto que se tienen, olvidándose de los sentimientos de los demás. Convirtiendo su corazón en piedra, al fin y al cabo, lastimándose a sí mismos.
El que recibe todo aquel dolor, esas puñaladas es el herido. Aquel que siente y no dice, aquel que sonríe para aparentar una realidad donde todos te quieren y te aceptan, pero lamentable eso es sólo una fantasía.
Las personas que lastiman no viven. Las personas que matan con las palabras son las personas más lastimadas.
En la vida todo lo que das te vuelve. Si das amor, ofreciendo todo tu corazón, ese amor te vuelve. Si lastimas, herís a los que querés, si no sólo mentís a los demás sino que también a vos mismo, vuelve.
Se dañan solas, esas personas con cada puñal que dan, se apuñalan a sí mismas. Como si no tuvieran corazón. ¿Dónde quedó todo ese amor inmenso y esa alegría sin stock? ¿Aún está? ¡Que mundo egoísta! La gente piensa sólo en si misma, para ellos no existe nadie más. Su ego y ellos. Su corazón de piedra y ellos. Ellos, a los que algún día todo les va a volver. Yo no le deseo el mal a nadie, pero sé que es así. Nadie es el ombligo del mundo, pero en este mundo al parecer muchos malgastan su tiempo intentando serlo, se ciegan y no logran ver que eso nunca va a pasar. Qué pena! Si supieran de lo lindo que se pierden! De contagiar sonrisas, de disfrutar lo lindo de la naturaleza, del amor, lo lindo de vivir.

Malgastan su tiempo maltratando, y eso no los lleva a ningún lado. Aunque me gustaría que no fuese así eso de a poco los mata.