lunes, 26 de septiembre de 2011

Me di cuenta que las cosas que escribo en mi blog generalmente son de esperanza, de que siempre hay una salida, de que todo es cuestión de sentarse a pensar. Sí, creo que es así, que es cierto pero...aveces siento que la vida me golpea. Será quizás que me pone barreras para que aprenda a saltarlas. Me tiran piedras para que las esquive, pero no siempre puedo. Y mi problema principal no es ese, sino que en estos momentos, cuando estoy así, necesito a alguien.
Necesito a alguien que me abrace sin que se lo pida, necesito a alguien que se me acerque a preguntarme como estoy, alguien que me trate bien. Necesito alguien que me enseñe a ser mejor, a tener más tolerancia, más paciencia, que aclare mi confusión y que llene el vacío enorme que siento adentro mío. No es que me quiera hacer la poeta, no, en absoluto. Estoy intentando decir lo que siento, por más que me cueste.
Lo que sí debo rescatar es que hace un tiempo me propuse ayudar más, y siento que recién ahora y de a poquito voy cumpliendo con eso. Es como que Dios me esta dando muchas enseñanzas, muchas posibilidades mejor dicho, para poder cumplir con eso que me planteé.
Que se yo.