domingo, 24 de abril de 2011

Finde largo; Resurrección de Jesús.

No habré pasado este finde largo con mis amigos de siempre. No habré salido a bailar, ni me habré juntado a dormir con las chicas. No me habré conectado en face (total vicio), ni me habré quedado en casa durmiendo o tocando la guitarra. A cambio de todo eso fui a un Retiro hermoso con todas las letras, increíble con todas las letras.
Me resultó fuertísimo el hecho de ver como todos confiaban en todos, el hecho de que todos te trataran como amigos de toda la vida, como hermanos. Es increíble la fuerza y el amor que nos brinda el de arriba si creemos en él. Y todas estas cosas las aprendí, en tres simples días en que me pude haber quedado en casa haciendo lo anteriormente dicho, pero me animé. Él me llamó, me invitó a ir, atraves de palabras, de gestos. Y yo cumplí con eso, porque sentí que ahí era donde tendría que haber estado siempre, sentía que ahí pertenecía y que ahí quería pertenecer.
Es algo hermoso todo lo que viví, y me encantó vivir "una pascua diferente". Quizás no lo haya expresado tanto en el momento de compartir, quizás no sabia como explicar todo eso, porque realmente no sabia lo que me estaba pasando, pero ahora, ya que mañana es lunes; me doy cuenta que me cambió todo, yo cambié, mi forma de ser. Me siento cargada, con baterías para rato, me siento inmensamente feliz, aprendí a escuchar a otros, a callar para aprender de las experiencias de los demás. Aprendí que se puede encontrar el amor en pequeñas cosas, y también aprendí todo lo que Dios nos puede brindar, si somos capaces de abrirnos a él, y a un camino nuevo que es el de la fe.