lunes, 4 de abril de 2011


“Dar la vida en intentar.
Si he de amarte desde lejos, quiero hacerlo hasta el final. “

Porque pedí eso. Yo lo busqué. Fui directo a la fuente, adonde todos los deseos se logran a través de la fe. Pedí dejar todo atrás, que la gente a la que no deba llevarle el apunte se vaya si se tiene que ir, y que se quede si se tiene que quedar. Asique fui allí, a lograr lo pedido, a animarme a seguir un camino mejor. Y junto a ese camino descubrí que había algo más, algo que llamó mi atención. Algo distinto, algo diferente. Algo no de todos los días: todo era perfecto. Sorprendente. Un útil bastó, unas palabras bastaron para que mi corazón se fuese alegre, feliz de haber reforzado mi fe y encontrado mi tan ansiada señal.
Hoy puedo afirmar lo feliz que soy y lo bien que me siento logrando esto que hace tiempo me venía proponiendo y nunca cumplía. Dejarme llevar para seguirlo a él. Y no hablo del mismo “él” que hablaba anteriormente, porque a este él todos lo aman, y el ama a todos. Que él sea mi guía, porque su amor jamás va a lastimar ni mi corazón ni el de nadie, porque el es amor.
(Resulta que si lo pedís, lo tenés!)