viernes, 18 de febrero de 2011

Eras un pimpollo luchando para ser flor. Nose si fue tu color, tu belleza o tu perfume, pero alli me quede, acariciando tus pétalos, tan suaves, tan bellos. Y sin darme cuenta entraste en mi carne, de golpe, punzante, un dolor me recorrió y aun estas, no quiero arrancarte. Eres como una espina, la espina de una flor que me esta hiriendo, entrando en mi sangre, para mi gozo. Quédate, no importa la herida, solo quiero que te quedes.
Pancho Aquino.